sábado, 27 de enero de 2018

De la clandestina sencillez de la vida






Siete meses después, después de tanto, vuelvo.
Regreso, y es la voz amiga conduciéndome, el deseo del hogar es ya el hogar, hacia lugares de luz. Luz que ilumina, luz que hiere, luz de la lucidez que no contemporiza, pero ama.

                            De la clandestina sencillez de la vida, 
                            lo más difícil es conocer su dorso, la espalda que huye, 
                            la parte fugaz que transita el recuerdo,
                            hasta ganar el derecho de paso    
                                                                hacia la ausencia.

Juan Massana  me habla en voz baja: he llegado a esa edad,/ en que al hallar un pájaro abatido/ en el páramo reconozco el desorden del mundo. Y yo reconozco mi corazón en sus palabras. Y camino como él en esa edad en que no busco inventariar las pocas cosas que sé,/ las pocas cosas que he aprendido,/y regreso a la casa del padre/porque en el origen está la respuesta.

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