jueves, 24 de diciembre de 2020

Poema de la no Navidad

 


                                                                                        Natividad. Georges de La Tour


Mi amiga viene de sostener la vida

mirándole a los ojos a la gente

que el viento de esta crisis

ha dejado desnuda.

Me dice que escriba este poema,

un poema de la no Navidad,

un poema del vértigo, del frío

que la intemperie sopla sobre el rostro

de quienes se atrevieron a mirarla.

Guardo silencio, pienso

en los nombres de las mujeres solas,

en los nombres de los hombres inermes,

en los nombres de quienes siguen intentando

frente al final de lo posible

proteger a sus hijos de la herida.


Un poema de la no Navidad

tiene que hablar de aquellos y de aquellas

de cuyas vidas rotas

regresamos ahora,

tantos meses después,

sin alegría.

Un poema de la no Navidad

que hable de la trinchera sostenida

contra el hambre y el frío,

de quienes la han cavado, defendido,

de su insomnio y su pena,

monedas de la escucha, pago

de saber que nos atañe siempre

todo el dolor del mundo

lunes, 7 de diciembre de 2020

Infancias







Laura vuela gloriosa sobre su patineta
y Alejandro
deja caer su moto por la rampa
para observar el giro constante de las ruedas.
Cuatro años y el cielo
parece un mar, y el mundo
se va haciendo de nuevo
con cada paso dado
más allá de lo exacto.
Y todo
lo que un día llamarán rutina
es la aventura intensa
de una infancia feliz.

Más al sur, otras costas
y otras infancias que el dolor devora,
y la orfandad, y el miedo,
y el desconsuelo, minan.

Más allá de las tapias
de este patio seguro,
cada cinco segundos muere un niño,
muere una niña. Mueren
en la masacre impune y permanente
de la desigualdad.
                                     
                A Laura y Alejandro, para que sepan.
                   Para que nunca olviden                                  

domingo, 22 de noviembre de 2020

Hielo negro y escarcha

 


                                                                                                        Hieronymus_Bosch. El carro de heno.


                                                        Hielo negro y escarcha

                                                        grande y redonda

                                                                                                                    

Aquí, donde la luz de las farolas sustituye a la luna,

los niños y las niñas

han comenzado a pasar hambre

y a sufrir.

Porque se ha roto el mundo, y sus fragmentos

han ido vaciando la despensa,

apagando la estufa,

borrando los cuadernos escolares,

abriendo los insalvables fosos

de la ansiedad y la miseria.

 

Aquí, donde pensamos que asesinar la infancia

es tan solo un asunto de posguerra,

de los terceros mundos o los lejanos campos

de refugiados,

las niñas y los niños

han comenzado a pasar hambre

a cuenta de los ajustes de plantilla,

de los ajustes de los servicios públicos,

de los extremos

de la comprobación de su pobreza,

del pago de la deuda,

del neto beneficio de quien guarda

la llave de la justicia en su cartera.

 

Pero el hambre es escarcha.

                                     


jueves, 22 de octubre de 2020

En la herida del hambre.

 

                                                                                Los desastres de la guerra. Goya.


Llega un otoño blanco y sucio,

confinado en el hambre de los muchos,

en la herida del hambre,

en la ansiedad del hambre.

 

Llega un otoño sin abrigo,

un otoño sin alma,

un otoño sin techo.

 

Llega un otoño blanco y duro,

hecho de soledad y de miseria,

de búsquedas de olvido,

de padres y muchachos olvidados,

de madres y muchachas olvidadas.

 

Llega un otoño blanco y pantanoso

que anegará la infancia de los muchos

y romperá el futuro

con la sed insaciable de los pocos. 

martes, 6 de octubre de 2020

la memoria es un mar llegando en oleaje


                                                                                                                      Victor de la Vega.                                                                                                   Colección local de la  biblioteca pública de Cuenca


Hoy, tierra de mi padre, llamas
a mi memoria  y llenas
de la luz del recuerdo mi añoranza.

Y con tus altas hoces y el incendio
dorado de tus chopos,
y el rumor de una infancia
lejana y ya imposible,
llegas en oleaje
a la verdad desnuda de su tumba,




sábado, 27 de junio de 2020

Nosotros somos aquellos a los que estábamos esperando

                                                              El esclavo rebelde. Miguel Ángel

¿Quién se pondrá al frente de esta tarea?¿Quién será el agente de la recuperación de los bienes comunes?..."nosotros somos aquellos a los que estábamos esperando"...no exise ningún gran Otro que nos saque las castañas del fuego...

Es Slavoj Zizek, interpelándonos en su libro la nueva lucha de clases . Los refugiados y el terror. Leerle es a veces sentir el arañazo del cuestionamiento y de la duda, escuchar una voz incomoda denunciando los tabúes de la izquierda y situando la reivindicación del bien común como la única alternativa a la barbarie, y a ésta como el impulso interno de nuestro desarrolo histórico. Sólo la voluntad, nuestra libre decisión de actuar contra la necesidad histórica puede prevenir la catástrofe.

En defensa de una humanidad amenazada por el capitalismo global que genera nuevos Muros y otras formas de apartheid.


En  http://www.lalibredebarrio.org/

https://www.anagrama-ed.es/libro/argumentos/la-nueva-lucha-de-clases/9788433964014/A_498

viernes, 5 de junio de 2020

El violento estallido de un interés que nada perdona ni contempla

                                                                Fantine. Margaret Bernardine Hall.

Vivimos este tiempo de esquivarnos,
de cubrirnos los labios: no tocar, no tocarnos.
Vivimos el asombro de lo antiguo convertido en lo nuevo:
lo que sólo leímos en los libros de historia,
lo que sólo supimos en los partes
de países lejanos.
Epidemias que nunca pensamos como nuestras,
jamás aquí, en las calles , aquí en nuestras ciudades
hechas de primer mundo y de murallas,
de distancias y mares.

Vivimos este tiempo que creímos imposible y pasado:
el violento estallido de un interés que nada
-ni el hambre, ni la muerte, ni la vida-
perdona ni contempla.
El largo entrechocar de los metales al ritmo de quien grita
libertad, y es la suya,
contra la del común, la libertad que grita.
Contra la del común, que estrena su miseria
en las colas del hambre y del insomnio.

domingo, 31 de mayo de 2020

Ninguno de nosotros volverá. Otra gente. En otra parte.






Era un día de invierno seco y frío. Uno de esos días de invierno en los que se suele decir:"Estaría bien dar un paseo". Otra gente.En otra parte.

Auswitz-Birkenau. Los camiones se van llenando de mujeres enfermas a las que trasladan a los crematorios. Charlotte forma parte de un grupo de 200 mujeres de la Resistencia francesa que fueron trasladadas al campo en enero de 1943.

Cada una había aprendido a golpe de dura experiencia que el individuo aislado se encuentra indefenso, que es imposible sobrevivir sin las demás. Las demás son las de tu grupo, las que te sostienen o cargan contigo cuando ya no puedes caminar, las que te ayudan a aguantar cuando ya no te quedan ni fuerzas ni valor. 

Quizás hoy tenga sentido volverlo a recordar.

Ninguno de nosotros volverá. Charlotte Delbo

En La Libre de Barrio

viernes, 10 de abril de 2020

El macabro redoble de monedas


                                                                                              Mañana en Cape Cod. E. Hopper



Existen muchas formas de perder una guerra.
Puede perderse por falta de adhesiones
por abuso de fuerza
por el macabro redoble de monedas
                           contra las mesas de algunos gabinetes

Raquel Lanseros, lo dejó escrito en Matría. Cómo saber entonces, cuando lo leímos por primera vez, que podía estar hablando de nosotros, de nosotras, ahora, aquí, ya. Que podría haber sido. Que todavía podría suceder.





sábado, 4 de abril de 2020

Prefiero,amor, amar




Nos deja sus canciones, sus palabras y tantos recuerdos unidos a su voz. Nos deja en medio de este caos que no hemos elegido y que se viste de orden en las calles desiertas.

Puso palabras a nuestros corazones, sentido a nuestras razones. Como él, como Aute, aquí, detrás de los muros silenciosos de mi casa, como allí, cuando vuelva a salir al aire libre, y siempre, entre la fe y la felonía, la herencia y la herejía, la jaula y la jauría, entre morir o matar, prefiero, amor, amar.







domingo, 15 de marzo de 2020

Olvidamos lo urgente


                                                                                                                Daumier  En una calle de París.



Olvidamos las gentes que están fuera,
las tristes,
las solas, las hambrientas,
las que pierden el poco
suelo sobre el que pisan,
el frágil equilibrio
del trabajo precario,
del alquiler que juega
contra el pan y la lumbre.

Olvidamos sus niños, sus niñas,
olvidamos
que pierden el refugio
temporal de la escuela.
La inquietud como un ácido
que hace imposible el sueño,
la perdida esperanza.
Y el cuchillo del miedo
atravesando
las últimas defensas,
y que no es a la muerte,
sino sobre la vida.