¿Qué dice un fotógrafo cuando cambia la luz por la pluma para escribir?
Había dejado su casa un día antes, y con su casa, sus cosas
más queridas: aquella pintura de su padre recibida al cumplir los 20 años y
aquellos libros amarillos de tiempo y de mudanzas. Solo un libro, aquel que ahora
miraba con tristeza y una cierta desolación, se había venido con ella para
hacer mas llevadero este viaje a ninguna parte, este viaje secreto decidido
después de los últimos gritos, casi violentos, que colmaron ese vaso de desidia
e incomprensión en que vivía en los últimos años.
Una maleta con ropa de entretiempo, un pequeño bolso de mano
y ese libro dedicado eran sus pertenencias para esta nueva vida que comenzaba
hoy, en esta habitación de hotel, pequeña y luminosa, que no impedía, sin embargo,
que un sabor agridulce le inundara el alma.
Leyó de nuevo las palabras escritas en el libro: “Que la
vida sea un constante comienzo en busca de ti misma”
Rafa Martín
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