Porque no comenzamos desde cero, sino desde una historia , la historia de las mujeres y sus luchas, de las que ellas, y nosotras, formamos parte.
Me contaba mi abuela que el día que se proclamó la Segunda República había mucho miedo, mucha incertidumbre; pero también mucha ilusión. En medio de aquel dilema mi abuela optó por la ilusión. Se puso su mejor vestido, dibujó sus labios con carmín, y salió de la casa paterna rumbo a la Puerta del Sol, dejando atrás a un padre temeroso y a una madre recelosa. Cuando lo contaba, muchos años y muchas penurias después, siempre se le humedecían los ojos. Por ella, y por todos aquellos que tuvieron un sueño… SALUD.Marisa Peña (A los que tuvieron un sueño).
A aquellas mujeres queremos recordar.
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