domingo, 18 de septiembre de 2016

Matar a Platón. Escribir.


No lo leí hace doce  años, cuando se publicó, ni luego, cuando su autora recibió el premio nacional de poesía por él. Es hoy, ahora. Lo leo por la noche, no puedo dejarlo de leer. Pudo /cerrar las páginas del libro/ y no lo hizo, ¿Qué le retiene a hacerlo?, nos pregunta . No contesto.

Amanece y vuelvo a comenzar. Un acontecimiento, una voz que lo cuenta y reflexiona, me siento atrapada mientras me reconozco, nos reconozco. De qué estamos hechos los seres humanos para que sea así, que el orden nos exime de ser libres, /de despertar en otro, de despertar por otro...

Chantal Maillard nos dice que quien escribe puede inventar escenarios. Pero la herida no, la herida nos precede/ no inventamos la herida, venimos/ a ella y la reconocemos.

Por eso la escritura.

Escribir
hasta la extenuación
para que se derrame el dolor contenido
desde el inicio del mundo.


foto: fotograma de El joven Törless (1966), de Volker Schlöndorff, basada en la novela de Robert Musil.

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