viernes, 18 de enero de 2019

Cuando el mundo se hace ancho y ajeno






Ese muchacho que reparte
paquetes para una empresa ajena,
sube las escaleras y jadea,
cargado ante una puerta
que no abren.

La calle a cero grados
recuerda que estos días nos azota
una ola polar en la meseta.

Ese muchacho que reparte paquetes
ha subido tres pisos
sin ascensor ni garantía.
Cobra por rapidez y por entrega,
arriesga, y apenas si consigue
ganar para la vida.

En las calles el claxon de los coches
nos recuerda que la ciudad es ancha
y ajena como el mundo.





foto: intervención sobre cuadro de V. Van Gogh

No hay comentarios:

Publicar un comentario